El nombre de las estrellas

El nombre de las estrellas
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Desde las civilizaciones más antiguas, las estrellas se han considerado agrupadas en constelaciones, cada una con un nombre especial. Los griegos y los romanos designaron con nombres propios a las estrellas más brillantes del cielo. La mayoría de estos nombres hacen referencia a dioses y héroes, pero también encontramos seres fantásticos y objetos diversos, la mayoría de ellos relacionados con la mitología (Sirio, Arturo, Polaris, etc).

Durante la Edad Media, los astrónomos más importantes fueron los árabes y denominaron en su lengua a las estrellas más brillantes, también con nombres propios (Aldebarán, Rigel, etc).

El elevado número de estrellas hizo necesario un sistema más práctico de denominación. Así, en 1603, el alemán Johannes Bayer, publicó un atlas de mapas estelares en el que se indicaban las estrellas de cada constelación utilizando letras del alfabeto griego, a las que seguía el genitivo del nombre latino de la constelación en la que se hallaba. El orden que utilizó fue el de los brillos dentro de cada constelación: denominó α a la estrella más brillante de la constelación, β a la siguiente, y así sucesivamente (γ,δ,ε,...). El uso del sistema de Bayer resulta muy práctico porque permite conocer la constelación en que se encuentra cada estrella y el lugar que ocupa por su brillo.

Sin embargo el elevado número de estrellas dificultó la denominación de Bayer, al no ser suficientes las 24 letras griegas. Por ello, en 1712 el astrónomo inglés John Flamsteed recurrió al empleo de números en lugar de las letras. Este número, asignado a cada estrella, correspondía con una de sus coordenadas celestes.

En ambos sistemas, a las letras o números, les sigue el genitivo latino del nombre de la constelación. Por ejemplo, la estrella Aldebarán, la más brillante de la constelación de Tauro, se conoce como α Tauri en el sistema de Bayer, y 87 Tauri en el sistema de Flamsteed.

Más información | Wikipedia, Wanadoo En Genciencia | La constelación de Orión, Estrellas: brillo y magnitud

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