El control de sismos en España

El control de sismos en España
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Aunque nuestro país tiene un riesgo bajo de que se produzcan grandes terremotos, sí tiene una actividad sísmica relevante (terremotos de magnitud inferior a 7) en algunas zonas, como Andalucía, Murcia y Pirineos, que podrían provocar daños considerables.

Como bien sabemos, la península Ibérica se halla situada en el borde sudoeste de la placa Euroasiática en su colisión con la placa Africana. Por lo que el desplazamiento tectónico entre ambos continentes es responsable de la actividad sísmica de los países mediterráneos y, por tanto, de los grandes terremotos que ocurren en zonas como Argelia, Grecia o Turquía. La parte más occidental de la conjunción entre dichas placas es la fractura denominada de Azores-Gibraltar-Túnez, que es la que afecta a España.

Pero, ¿existe control sísmico en nuestro país?

Pues sí, ni más ni menos que 60 estaciones sismológicas vigilan de manera permanente el territorio español, algunas zonas de Portugal y el sur de Francia. Esta red registra en tiempo real los temblores de tierra y en dos minutos y medio envía la información al centro de recepción de datos de Madrid, el único que existe en España.

Tras recibir los datos en el centro de control de Madrid (en funcionamiento las 24 horas del día) los técnicos revisan los cálculos y hacen correcciones si es necesario. A los 15 minutos, los resultados se cuelgan en la página web del Instituto Geográfico Nacional, un portal muy consultado por los ciudadanos.

El centro de recepción de datos de Madrid es también uno de los dos nudos de alerta sísmica que hay en Europa. El otro es el Laboratorio de Detección Geofísica (LDG) de París, con el que va alternando las guardias. Los dos centros reciben y analizan los datos procedentes de toda Europa de los seísmos. Después, distribuyen los resultados a todas las agencias europeas, incluido el Consejo de Europa.

Las estaciones sismográficas se encuentran en lugares alejados de núcleos urbanos. La mayoría se ha instalado en minas abandonadas o cuevas profundas ya que sus sensores necesitan unas condiciones de presión y temperatura muy estables y poco ruido. Por ello, se evita que haya una cantera o una fábrica cerca.

Consumen muy poca energía y la mayoría se autosuministra con energía solar. Están dotadas de diferentes tipos de tecnología. Las más sofisticadas y eficaces son las estaciones digitales VSAT, que utilizan el satélite espacial Hispasat para enviar sus datos.

Además, existe alguna estación que ‘espía’ para la ONU y detecta si se están realizando pruebas nucleares en algún país.

Cada año se registran cientos de temblores aunque la gran mayoría, debido a su baja magnitud, no los notamos. Son inevitables e impredecibles así que la única fórmula para salvar vidas es construir siguiendo las normas antisísmicas en aquellas áreas que son susceptibles de que se produzca un terremoto.

Vía | Instituto Geográfico Nacional

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