La retorcida historia de Sealand (y V): la actualidad

La retorcida historia de Sealand (y V): la actualidad
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La micronación más conflictiva del mundo se mantiene fiel a su espíritu turbulento también a día de hoy. El 22 de agosto de 2000, después del desmantelamiento de la red española de sealandeses de mentira, un grupo de emprendedores y cyberpunks estadounidenses le propusieron a Bates fundar una empresa digital en Sealand. La empresa, que pasaría a llamarse HavenCo Limited, y en cuyo equipo directivo estaban el hijo de Bates y Ryan Donald Lackey (de tan solo 23 años), se establecería entonces en diciembre del mismo año como una granja de servidores privados de Internet.

Gracias a que Sealand no había firmado nunca los convenios internacionales sobre propiedad intelectual, HavenCo podría ser una especie de paraíso digital: si antaño había emitido ondas hercianas en completa libertad, ahora Sealand almacenaría bits del mismo modo, quedando sus contenidos exentos de las restricciones basadas en la titularidad del copyright.

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Al cumplir 85 años, el excéntrico Roy Bates autorizó a su hijo Michael para que pusiera en venta el islote artificial de hormigón y metal.

</p><p>Uno de los presuntos interesados que más revuelo ha causado en Internet ha sido <strong>The Pirate Bay</strong>, una comunidad P2P de intercambio de archivos mediante el software BitTorrent. La intención de este grupo sueco fue <strong>la de sortear las leyes de propiedad intelectual</strong>, ya que la mayoría de webs en Internet que se dedican al intercambio de archivos protegidos con copyright, como puedan ser películas o temas musicales, son perseguidos por la justicia. Para recaudar fondos, la plataforma lanzó una campaña en Internet llamada BuySealand que empezó a recibir donaciones de todos los lugares del mundo por parte de activistas de la cultura libre y otros interesados. Para fomentar el altruismo, The Pirate Bay prometió que nombraría ciudadanos honorarios de Sealand a todos los que colaboraran con la campaña. </p>

Gabriel Medina, gerente de InmoNaranja, sin embargo, declaró no haberse dado por enterado de las intenciones de The Pirate Bay. Y es que, de ser cierta la propuesta tampoco podría optar a la misma porque incumplirían una de las condiciones exigidas por los Bates: que los futuros dueños de Sealand no lleven a cabo actividades que vayan en contra del Reino Unido.

Finalmente, pues, The Pirate Bay comunicó oficialmente que cedía en sus intenciones de adquirir Sealand como refugio para sus actividades clandestinas y que se ponía manos a la obra para encontrar otra isla donde escribir sus propias leyes. Sus principales candidatos son Ladonia e Isla Montuosa, que al parecer son más acogedoras y baratas que Sealand. Una lástima, porque el nuevo logo de Sealand hubiese tenido buen aspecto:

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