Si primero fueron los drones aéreos, ahora llegan los drones submarinos

Si primero fueron los drones aéreos, ahora llegan los drones submarinos
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El BlueROV2 viene a demostrar que la democratización de los drones no solo se ceñirá al ámbito aéreo, sino también submarino. Pesa 10 kg y dispone de una batería que aguanta una hora de uso intensivo (o cuatro si sufre menos exigencias).

La versión más sencilla de este vehículo no tripulado sumergible es de 2.200 euros.

Puede llegar a sumergirse hasta cien metros y emplea para maniobrar seis motores eléctricos. Un cable de cien metros (y 4,5 kg de peso) lo une a un tablet o un portátil desde el que se controla a través de una app.

Dispone, naturalmente, de una cámara HD que envía vídeo con un retardo de solo 200 milisegundos. También está equipado con ledes que iluminan el fondo. Como si fueras en Capitán Nemo sin necesidad de tocar el agua.

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